(...) Al ex presidente lo condenan el contexto y la historia. Un hombre fuerte en el poder, que se jacta de que en el país no se mueve una hoja sin su consentimiento, no podría pretextar ahora que su aliado anda haciendo correrías por su cuenta. En los últimos días, esa alianza ha sido más explícita, al punto de que a Kirchner no se lo ha visto de otra manera que no sea al lado del jefe de la CGT. En su última aparición junto a Moyano, Kirchner volvió a descalificar a medios periodísticos.
La descalificación del periodismo forma parte de la historia de Kirchner. Ningún otro presidente de la democracia argentina habló tanto de la prensa y de los periodistas para desacreditarlos, ningunearlos y difamarlos. Su derecho a la inocencia se encoge entonces dramáticamente. Ningún otro presidente le permitió al jefe de la CGT tantos atropellos, ninguno abandonó con tanta soltura la neutralidad ante los actores sociales y ninguno hizo tan poco para devolverle a la nación política una noción del orden público.
Los límites se están forzando. Algo definitivo se levanta delante de Kirchner y Moyano. Consiste en que podrían convertir la libertad en otra nostalgia argentina.
Palabras finales de J. Morales Solá, en La Nación de hoy.
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